Más que un proveedor, un partner tecnológico es una organización que entiende a la perfección las necesidades de su cliente y pone a su disposición todo su conocimiento para ofrecer un servicio excepcional.
Cuando hablamos de tecnología deberíamos tomar en cuenta dos aspectos muy importantes para entender el tipo de solución que se requiere. Y ambas están relacionadas con el tiempo: la experiencia y la actualización.
La experiencia es un dato no menor a evaluar. Sobre todo en los momentos críticos. Es el conocimiento aplicado al servicio. Es el traer a la mesa el conocimiento de años de implementaciones, capacitaciones, desarrollo de procesos y casos de buenas prácticas para saber qué proponer, cómo ejecutar y saber cómo actuar en el momento preciso.
En el mundo de hoy, donde a prevalece la inmediatez, a veces olvidamos la importancia de la seguridad de la experiencia. Ese ‘pequeño’ elemento intangible puede ser el que define la eficiencia de un proyecto o sus complicaciones en el corto, en el mediano y en el largo plazo, incluyendo el impacto financiero de estos para la organización.
El segundo tiene que ver con el ahora. Con la capacidad de las compañías de mantenerse actualizadas en conocimiento en un mundo que evoluciona en todo momento. Ya sea por tiempo o por recursos, a las empresas se les vuelve tremendamente difícil mantener actualizados a sus colaboradores. Particularmente a aquellos que son especialistas en ciertas materias críticas para la operación.
Es aquí donde un partner tecnológico juega un rol fundamental en la escalabilidad de un negocio, al poder suplir esos vacíos de conocimiento, capacidad, disponibilidad y continuidad del conocimiento que muchas veces pueden transformarse en un dolor de cabeza para la operación de su negocio.